Recolecta latas de bebidas de aluminio, como latas de refrescos o cervezas, y llévalas a un centro de reciclaje. Estas latas son fáciles de reciclar y pueden transformarse en nuevas latas en un proceso eficiente.
Recicla bandejas de aluminio y otros envases de alimentos de aluminio. Asegúrate de enjuagarlos y separarlos de otros materiales antes de llevarlos al centro de reciclaje.
Reutiliza el papel de aluminio siempre que sea posible y, cuando ya no sea útil, recíclalo. Asegúrate de limpiarlo de cualquier alimento antes de ponerlo en el contenedor de reciclaje de aluminio.
Los productos electrónicos a menudo contienen componentes de aluminio. Cuando recicles dispositivos electrónicos obsoletos o rotos, el aluminio se puede recuperar y utilizar en la fabricación de nuevos productos.
Si tienes piezas de automóviles hechas de aluminio que ya no necesitas, como ruedas o piezas de motor, llévalas a un desguace de automóviles especializado en reciclaje de metales.
Recicla otros objetos de uso diario que contengan aluminio, como marcos de ventanas, utensilios de cocina, bicicletas viejas y muebles de jardín. Asegúrate de llevar estos objetos a un centro de reciclaje adecuado para su procesamiento.